Puntos erógenos del hombre: descubre tu cuerpo en pareja
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Tiempo de lectura 9 min
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¿Sabías que los hombres también tenemos un punto G como el de las mujeres? Se llama Punto P y se encuentra en una zona especialmente sensible a la estimulación y la excitación sexual. Se sitúa en el recto donde se tiene acceso a la próstata de forma interna.
Para muchos, esto no será ningún descubrimiento. Pero ¿y si te digo que no es la única parte del cuerpo capaz de producir estas sensaciones placenteras? Sí, es cierto, así que presta atención a lo que vamos a contarte sobre ellos.
Los puntos o zonas erógenas son aquellas partes del cuerpo que despiertan una especial excitación sexual cuando las estimulamos.
Por lo general, son zonas corporales más sensibles que otras debido a la cantidad de terminaciones nerviosas. Aunque si bien, hay un componente fisiológico, no podemos obviar que nuestra mente también juega un importante rol a la hora de que estos puntos “se activen o desactiven” y que provoquen más placer que otros. De hecho, muchas de estas partes sólo se “despiertan” en los preliminares de la penetración, lo que hace que nos perdamos una experiencia mucho más satisfactoria.
Entonces ¿existen zonas erógenas universales para todos los hombres?, ¿podríamos clasificarlas?, ¿cómo podemos estimularlas? Tenemos respuestas a estas preguntas.
Bueno, seamos honestos: hay puntos más conocidos que otros, somos conscientes de ello. Se clasifican en dos tipos, puntos primarios, los más «populares», y puntos secundarios, los más «sorprendentes». dejaremos los más “inexplorados” más adelante… para los más aventureros.
Cuando hablamos de puntos primarios, nos referimos a aquellas zonas directamente relacionadas con la actividad sexual, como los genitales, por lo que suelen ser comunes a todos los hombres:
Estos puntos tienen una gran capacidad para despertar placer. Habrá hombres que experimenten más excitación en unas zonas que en otras. Podríamos decir que son puntos subjetivos de placer. De hecho, aunque no son considerados puntos “primarios”, algunos hombres llegan al orgasmo con ellos.
Estos puntos pueden ser explorados tanto de forma individual como en pareja. Pero para hacerte la vida más fácil, te ofrecemos algunas ideas para que las puedas realizar en compañía. Si te interesa explorar algún punto específico, haz partícipe de estas ideas a tu acompañante.
Quizá estas no sean tan conocidas como las que hemos mencionado, pero eso no quiere decir que sean menos excitantes. Seguro que alguna de ellas os harán disfrutar de vuestros encuentros mucho más:
No hace falta aclarar que no hay zonas prohibidas en el cuerpo. Pero sí es cierto que los puntos erógenos que vamos a comentar a continuación son especialmente controvertidos por su ubicación y por la carga negativa que conlleva para el hombre, ya que han estado vinculados desde la antigüedad a múltiples tabúes y estigmas, pero sabemos que ya va siendo hora de eliminar y superar. A continuación conocerás el porqué:
¿Y si combinamos las zonas erógenas? Las sensaciones que pueden despertar en nuestro cuerpo son indescriptibles. Podemos estimular más de uno de estos puntos a la vez, por ejemplo, masajear los lóbulos de las orejas mientras recorremos los pezones.
¿Y qué tal si probamos estimular el punto P y masturbarnos a la vez? Esto puede ser especialmente útil al principio, cuando aún no se está familiarizado con las sensaciones del tacto anal.
Ya conoces los diferentes puntos y las sugerencias sobre cómo estimularlos, pero aunque existen “zonas” clave de placer, no queremos que pierdas de vista todo el potencial que tiene el poder de las caricias.
Cuando hablamos de las caricias, hay que tener en cuenta que no es solo una forma de estimulación. Las caricias son mensajes con los que comunicarnos con nosotros mismos y nuestras parejas. Las caricias son, por lo tanto, una forma de afecto, de intimidad, de apoyo y, por supuesto, de erotismo.
Incorporar las caricias a los encuentros es esencial para explorar y conocer nuestras preferencias o límites, y marcar retos como qué nuevas prácticas podrían probarse. Mediante las caricias, descubrir estos horizontes se convierte en toda una experiencia.
¿Qué elemento físico suele estar presente desde el inicio hasta el final? Sí, las caricias suelen formar parte de todo el proceso erótico durante los encuentros sexuales en la mayoría de parejas. Muchas veces son el despertar del deseo y la despedida al finalizar. Por lo tanto, las caricias son tan parte de tu sexualidad, o más, que la penetración.
Nuestro cuerpo es un gran mapa que esconde auténticos tesoros del erotismo. Y lo bueno es que podemos descubrirlos solos o en compañía. Sabemos que ciertas zonas que hemos mencionado son placenteras de por sí, algunas pueden generar rechazo y otras querremos visitarlas una y otra vez. Quizá es también momento de añadir a tus prácticas un poco de jugueteo con el dolor, aunque de eso hablaremos detenidamente en otro artículo. En definitiva, las posibilidades son infinitas. Recordad siempre que ¡el límite lo ponéis vosotros!